pobladores destinados al mantenimiento de bombas de agua y trabajos menores, como en Nahuelpan, La Cancha, o Chacay Huarruca u Ojo de Agua;  en algún caso, una escuela primaria de personal único, como en Fitalancao o Mamël Choique; en paraderos mayores, una estación con más personal: cambistas, encargados, administrativos y operarios. Ocasionalmente, Ñorquinco, cuya estación está más alejada del núcleo poblacional. En los casos de Cerro Mesa y El Maitén, la mayor cantidad de personal estaba dada por la existencia de talleres y por el mayor movimiento de cargas y pasajeros. Un caso similar se daba en Esquel por ser terminal y obviamente en Jacobacci, aunque aquí cambia la dimensión por ser el empalme con la trocha ancha para Buenos Aires.
 
                                                                                                                   

2.      Brindó posibilidades de fuentes de trabajo estable.
Su larga construcción demandó muchísima mano de obra, dedicada a trabajos duros y riesgosos, con pocas maquinarias y soportando las inclemencias del tiempo, caluroso y seco en el verano y helado en largos inviernos, nevadores y con bajísimas temperaturas y viento constante. A los operarios se sumaron numerosos técnicos que estudiaban el suelo, las curvas, las pendientes y los cursos de agua. Muchos eran inmigrantes y se radicaron definitivamente en la región.
La instalación definitiva permitió contar con personal ferroviario estable y muchos de ellos se han jubilado tras cuarenta años de trabajo en el servicio. Hacia fines de los 80 trabajaban algo más de un centenar de empleados en todo el servicio. En Esquel había en esos años entre 22 y 25, cuatro veces  más que en 1945 pero menos que en los años 60.
                                                                                                                      

3.      Facilitó la comunicación entre parajes aislados
Entre Ing. Jacobacci y Esquel no hubo durante largos años otra alternativa para el traslado de pasajeros que el Trocha. Pese a la lentitud del viaje, las dificultades del servicio y las interrupciones por desperfectos, era el modo más seguro y barato de viajar en este tramo. Recién a fines de los años ’80 se establecieron líneas privadas que iban desde un punto a otro con regularidad.

4.   Se extrajeron grandes cantidades de frutos del país
Casi la totalidad de la producción de lana y cueros, minerales y hasta madera, salía por el ramal, cargando en abundancia en estaciones de Esquel, Lepá, El Maitén, Ñorquinco. Este volumen fue ampliándose paulatinamente hasta los años 60, en que empezó a declinar.

5.      Se abastecieron nuevos mercados en la región
La circulación de mercaderías registró un crecimiento notorio, a medida que crecía
la población y se diversificaba gustos y producción en otras áreas; lo que no se
     

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