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100 Años de Correos y Telégrafos en la zona de Bariloche

por Humberto Brumatti 

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    Puelches, Pehuelches, Poyas y Vuriloches, fueron las parcialidades indígenas, dueñas y señoras de la región del lago Nahuel Huapi en el pasado histórico, y donde hace cien años se fundó la hoy pujante y turística ciudad de San Carlos de Bariloche. (1)
 
    Altivos, guerreros y reacios a los intentos de colonización y evangelización, mantuvieron fuera de sus territorios a los blancos, quienes no lograron prosperar en sus intentos para establecerse en forma permanente.
 
     La primera expedición de reconocimiento argentino dirigida por el doctor Francisco P. Moreno, arriba al Nahuel Huapi el 22 de enero de 1876, oportunidad, que según sus palabras "hice flamear por primera vez en sus cristalinas aguas los colores patrios".
 
    Recién con las expediciones militares de los generales Julio A. Roca  y  Conrado Villegas se logra pacificar la región y comienzan a llegar los primeros pobladores blancos. 
 
    Militares y civiles idearon formas simples y expeditivas para comunicarse mediante oficios y cartas llevadas por mensajeros especiales a sus destinatarios o bien para despacharlas en la oficina de correos más próxima, que podían ser Puerto Montt (Chile), cercano en vínculos personales y comerciales, o bien las recién fundadas Neuquen o Fuerte General Roca.
 
     En la acción de gobierno del presidente Roca para ocupar, poblar y proporcionar las comodidades mínimas indispensables a los grandes espacios desiertos de la Patagonia, estaba incluído el proyecto de construir una extensa y estratégica red telegráfica.
 
     La preocupación por llevarla a cabo cuanto antes, se fundaba en los problemas de límites existentes entonces con Chile, causante de fuertes tensiones diplomáticas y militares.
 
     Los alrededores del Nahuel Huapi no eran ajenos a la cuestión, y un periodista viajero de "La Nación"  de Buenos Aires, recogió allí en marzo de 1902 informes sobre la presencia y actividades de agentes del vecino país en la zona, incluso el comerciante Federico Hube habría realizado un servicio de correo a Puerto Mont hasta 1901, por el cual el gobierno chileno le pagaba 4.000 pesos chilenos anuales.
 
      La línea telegráfica a cabo Vírgenes, construída entre 1900 y 1903 siguiendo la costa atlántica, fue quizás la más promocionada y conocida. Sin embargo, casi al mismo tiempo comenzó otra, con puntos de partida en Comodoro Rivadavia y Neuquen, para asegurar las comunicaciones en la zona cordillerana a los entonces territorios nacionales de Chubut, Río Negro y Neuquen, sirviendo además de vía alternativa a la primera.
 
      La construcción del tramo Neuquen a Bariloche se dispuso por decreto nacional del 24 de enero de 1902. Con posterioridad se resolvió prolongar la línea hasta Puerto Moreno.
 
       Procediendo con elogiable rapidéz, personal de Correos y Telégrafos a las órdenes del inspector técnico José Ravicini, venciendo grandes obstáculos y dificultades, levantó postes, colocó crucetas e hilos en los 439 kms. de extensión, finalizando los trabajos en setiembre del mismo año.
 
      Los materiales para la obra se traían desde Buenos Aires por ferrocarril hasta Neuquen, pero allí los medios de transporte disponibles eran tan escasos para trasladarlos a lo largo de la línea en construcción, que se temió no lograr terminarla en el tiempo perentorio exigido. Sin embargo se contó con la valiosa ayuda de Miguel Muñoz, quién con una gran cantidad de carros tirados por mulas, cumplió en término el contrato celebrado.
 
      Al comienzo los postes utilizados fueron de pinotea, pero para abaratar costos y acelerar los trabajos, en las cercanías del lago Nahuel Huapi se recurrió para tal fin a la madera de ciprés.
 
      Del informe final de la obra extraemos : "Razones de previsión y conveniencia del momento determinaron establecer tres oficinas alrededor del gran lago Nahuel Huapi, una de ellas se ubicó en su margen sur, denominada Nahuel Huapi, otra en el punto medio Bariloche (San Carlos) dándose ese nombre por ser del partido, y la última en el extremo sudoeste Puerto Moreno, Obteniéndose por esta distribución conveniente dominar con comunicaciones telegráficas toda la extensión del lago, incluso la entrada principal de Puerto Blest".
 
        
LAS PRIMERAS OFICINAS
 
SAN CARLOS DE BARILOCHE
 
      Entonces el paraje se lo conocía como San Carlos, por el almacén "San Carlos" instalado en 1895 por Carlos Wiedelhold, y en ese momento en manos de la firma Hube y Achelis. En sus inmediaciones solo habían escasas edificaciones, entre ellas la perteneciente al Juzgado de Paz.  Estaban situados donde hoy se levanta el Centro Cívico.
         
      El orígen urbano se encuentra en el decreto nacional del 3 de mayo de 1902 donde se dispuso reservar una superficie de 400 hectáreas para el asentamiento de un pueblo en el paraje denominado San Carlos, sobre la costa del lago Nahuel Huapi, territorio de Río Negro; reconociéndose con posterioridad esa fecha como el día de su fundación.
 
      La oficina se inauguró el 11 de julio de 1902 con la denominación "Bariloche", en una casilla de madera de tres ambientes fabricada al efecto, ubicada en la esquina N.O. de Palacios y Francisco P. Moreno. La determinación del lugar exacto la señaló el activo Director de Correos y Telégrafos Manuel García Fernández, quién había llegado en marzo procedente de Buenos Aires, para controlar los trabajos que se hacían en la región.
 
      El distinguido historiador barilochense Tabaré W. Parsons señala a Pedro Peracca, como primer jefe con carácter interino, a quién siguieron Rubén Fernández como titular en el período 1903 -1905  y  Pablo Haneck en el lapso 1905 -1907. Los escasos datos oficiales ubican en tales funciones a Martín C. Echeluz a principios de 1903 y en febrero del año siguiente son confirmados en sus puestos el jefe Rubén Fernández (2) y los empleados Calixto A. Melzi ( 3), Joaquín García  y Félix Sánchez. Algunos jefes posteriores fueron Juan Ruso en 1910, Honorio Pérez en 1916.
 
      Registros parciales y muchos archivos destruídos hacen imposible reconstruir un listado completo y exacto del personal.
 
      Las difíciles condiciones de vida y trabajo de los primeros pobladores de la región, alcanzaban a aquellas sacrificadas dotaciones de personal.
 
     Quienes más se exponían eran los guardahilos, en especial durante los crudos inviernos, cuando debían salir al descubierto en la accidentada geografía, recorriendo grandes distancias para arreglar las líneas telegráficas afectadas por las tormentas u otro tipo de desperfectos.
 
      Estas situaciones, incluyendo sueldos poco atractivos, no entusiasmaban para quedarse mucho tiempo y solían ser frecuentes los pedidos y autorizaciones de traslados.
 
      Asi mismo debió organizarse el transporte oficial de los envíos postales en esta región, que había comenzado a funcionar provisoriamente con la autorización del 11 de julio de 1902 para la conducción desde Neuquen hasta el lago Nahuel Huapi, de la correspondencia para el Dr. Moreno, entonces perito argentino en la demarcación de límites con Chile.
 
     El 5 de noviembre de 1902 se aprobó el contrato con Pascual Claros, para el servicio de correo a caballo entre Neuquen (punta de rieles del ferrocarril procedente de Buenos Aires)  y  Colonia 16 de Octubre  (actual Trevelin), pasando por el Nahuel Huapi. Al año siguiente se autorizó a Bariloche para realizar el intercambio internacional de correspondencia con Puerto Montt, siendo la firma Hube y Achelis la encargada de transportarla.
 
     Dicha empresa comercial había comprado en aquél país una embarcaciòn bautizada "Cóndor", que fue rearmada y botada en el lago el 11 de febrero de1900, con la cual, además de personas y mercaderías, transportó durante  años las sacas postales hasta Puerto Blest, donde continuaban  a destino vía terrestre.
 
     Desde 1915 la denominada "lancha de la gobernación" ("Nahuel Huapi", su nombre oficial), adquirida durante la gestión del gobernador Elordi y armada en la isla Victoria, cumplió similar tarea conducida por la policía, que muchas veces se amplió llevando las cartas a los pobladores ribereños alejados.
 
      La zona no escapó en sus comienzos al azote de los bandoleros provenientes del otro lado de la cordillera de los Andes. Uno de ellos, Arístides Guerra, en noviembre de 1905 asaltó al correo procedente de Neuquén. La captura del delincuente permitió rescatar algunos valores y objetos que contenían los envíos robados. Guerra declaró que había destruído gran cantidad de encomiendas y cartas, arrojando al arroyo Coquelén varios sacos ignorando su contenido, pués era de noche y oscuro.
 
      En aquellos años, sin aluviones de turistas, las costumbres eran sencillas y se imponían el esfuerzo y tesón de los inmigrantes que habían llegado a estas tierras donde todo estaba aún por hacer.
 
      Además de los servicios básicos que venía cumpliendo, la oficina fue autorizada en 1910 a realizar la atención de giros y en 1915 de ahorro postal.
 
      Por ese tiempo las comunicaciones entre Neuquen y Bariloche se modernizaron al ser efectuadas por vehículos automotores. Los malos caminos de la época, se hacían intransitables durante los meses invernales y recorrerlos eran una verdadera odisea. Un viajero de 1916 narraba : "El automóvil de la gobernación (de Neuquen) parte a las 5 1/2 de la mañana, conduciendo menesteres y el número de pasajeros que haya comprometido con anterioridad, pero nunca mayor de 5 personas, debido al excesivo cargamento de correspondencia que está obligado a conducir, según contrato celebrado con la Dirección de Correos".
 
     Ocupaba dos días realizar el trayecto de 515 kms. En viaje expreso y saliendo de Neuquen a las 4 de la mañana, se podía llegar a Bariloche a las 8 de la noche.
 
    La población crecía lentamente: hasta 1910 se estimaba en unos 200 habitantes, para elevarse 10 años después a 1930.
 
    Junto con el pueblo, en 1927 la oficina pasa a denominarse oficialmente "San Carlos de Bariloche".
 
    Mientras, la oficina cambió de ubicación. Según un plano de 1911 estaba en Quaglia y Moreno, en tanto otro de 1930 indica que funcionaba en un edificio situado en la calle Moreno, entre Rolando y Villegas.
 
     En 1932 se instaló una estación radioeléctrica para inaugurar los enlaces inhalámbricos con Correntoso (actual Villa la Angostura) y más tarde con Puerto Blest, como así también para mejorar y ampliar la calidad de los existentes con otros puntos importantes del país.
 
     El progreso de la región y el notorio incremento del turismo iniciado en 1924, fueron factores decisivos para hacerla recibir los beneficios del ferrocarril que, luego de problemas y demoras inacabables, llegó a Bariloche en 1934, permitiendo acelerar el despacho y recepción de la correspondencia por medio de vagones postales. Desde 1939 también quedó ligada al resto del país por los vuelos comerciales regulares de Aeroposta Argentina, reemplazada una década después por Aerolíneas Argentinas, que llevaban sacas con correspondencia aérea, en las bodegas de los aviones.
 
     El doctor Exequiel Bustillo, presidente de la Dirección de Parques Nacionales entre 1934 y 1944, fue el artífice de un bello conjunto de magníficas obras arquitectónicas construídas bajo su inspiración y dirección, donde descuellan el Hotel Llao Llao y el Centro Cívico. Este último fue inaugurado el 17 de marzo de 1940 y el correo se trasladó a uno de los edificios que lo componen, cedido en usufructo gratuito a perpetuidad por Parques Nacionales, donde permaneció hasta 1998 cuando fue obligado a desalojarlo, mudándose entonces a otro situado en Moreno y Villegas.
 
     La época de oro del Correo forjó personal altamente capacitado, que honró y prestigió la institución, y en algunos casos, luego ocuparon importantes funciones. En Bariloche debemos señalar a los jefes Norberto  Gutiérrez, quién permaneció de 1934 a 1946, siendo premiado con Medalla de Oro en 1942 por su eficiente desempeño, y  José Antonio Miralles que culminó en esta oficina su carrera en 1961, para luego ser Secretario de Gobierno de Río Negro (1964 - 1966) e Intendente Municipal de Bariloche (1966 - 1969)
 
      Tampoco podemos omitir al ya mencionado Parsons,  funcionario jubilado del Correo, quién viene realizando una fecunda labor de investigación histórica, sobre todo para rescatar del olvido a los pìoneros que construyeron de la nada a Bariloche.
 
     Reemplazando los largos viajes ferroviarios, esta importante zona fue incorporada en 1966 al transporte masivo de correspondencia por vía aérea a todo el país. Con posterioridad, los medios necesarios para la trasmisión de telegramas fueron modernizadas, mediante sucesivos sistemas que aumentaron la celeridad del servicio.
 
     Las comunicaciones fueron un factor importante para el desarrollo de la región, pués nacieron con la fundación de la ciudad, y la acompañaron en estos primeros cien años de existencia, en su vinculación al resto del país y del mundo.
 
    
PUERTO MORENO 
 
     Librada al servicio público el 8 de setiembre de 1902 en una casa cedida por Hube y Achelis. No logramos determinar si Pastor Velazco, quien estaba en funciones a principios de 1903, fue su primer jefe, y cuánto tiempo subsistió la oficina, que según datos recogidos su existencia fue efímera.
 
 
PENÍNSULA SAN PEDRO
 
     Otro caso de datos incompletos. Solo se publicó su clausura como estafeta ad honorem el 12 de agosto de 1918, ignorándose otros antecedentes. El nombre es bastante descriptivo como para aseverar que funcionó en dicha península.
 
 
LLAO LLAO   (4)
 
     Su creación e inauguración estuvo ligada a la del Hotel Llao Llao, ocurrida el 9 de enero de 1938, funcionando en sus instalaciones y proporcionando todas las facilidades postales y telegráficas a sus huéspedes.
 
     El primer jefe fue Gabriel Labetá y al principio solo era habilitada durante los meses de verano, atendida por personal de Bariloche. Desde 1944 funciona en forma permanente.
 
 
CERRO CATEDRAL
 
     Comenzó a funcionar el 1º de agosto de 1960 como oficina temporaria en la base del cerro Catedral, lugar de prestigio internacional por la práctica de los deportes invernales.
 
     Atendida por personal de Bariloche, presta servicios todos los años cuando arriban los amantes de los deportes sobre nieve practicados allí anualmente, que le han dado justa fama internacional.
 
 
OTRAS DEPENDENCIAS POSTALES
 
      Además de las mencionadas, las necesidades y comodidades del público fueron obligando a crear pequeñas dependencias denominadas agencias, estafetas y unidades postales, distribuídas en el perímetro municipal y sus cercanías, estando todas subordinadas a la oficina Bariloche. La cantidad se acrecentó en los años 1994 y 1995.
 
 
BARILOCHE EN LA FILATELIA
 
SELLOS Y ENTEROS POSTALES
 
     Al despertar el siglo XX, el Correo emitió enteros postales ilustrados con distintos paisajes del Sur argentino, entre ellos varios dedicados a la zona del lago Nahuel Huapi. Sobre Bariloche mencionamos e ilustramos la tarjeta postal de 1902, con valor de 4 centavos, que reproduce  "el ciprés del lago"  o  "venerable del lago", al cual dice la leyenda, los indios mantuvieron prisionero y atado al doctor Moreno, cuando en realidad solo estuvo retenido un breve tiempo en sus cercanías. Hasta ahora no logramos determinar si García Fernández, quién dispuso que a escasa distancia del árbol se levantara la primera oficina en 1902, es una de las personas incluídas en la foto.
 
     En 1947 fueron puestas a la venta cuatro bellas tarjetas postales, con valor de 4 centavos, una de las cuales muestra el escenario natural donde se levanta el Hotel Llao Llao.
 
     Como parte de la serie ordinaria utilizada para el uso postal masivo, en 1961 se puso en circulación un sello postal de $ 100 dedicado a los deportes invernales en Bariloche, y otro de $ 2.000 en 1980, con una vista parcial del Centro Cívico.
 
     Integrando la emisión dedicado a la Navidad de 1983,  se emitió uno de 3 pesos argentinos, ilustrado con el vitral de la Catedral de Bariloche que reproduce el Nacimiento.
 
     Con motivo del centenario de la ciudad será puesto en circulación un sello postal para recordar el aniversario.
 
MATASELLOS
 
     Bariloche recibió en 1947 un matasellos ilustrado con la cabeza de un huemul (Hippocamelus bisulcus) para destacar un elemento distintivo que sirviera para  atraer la atención sobre las bellezas regionales.
 
    Al año siguiente se proveyó otro a Llao a Llao, con la figura de un esquiador. Con similar diseño fueron suministrados matasellos a Cerro Catedral en 1968 y Bariloche en 1976 y 1982. En los años 1994 y 1995 se proveyeron a todas las dependencias postales de la ciudad y sus alrededores, matasellos ilustrados con diversos motivos, donde prevalecen los invernales.
 
     Además, en ocasiones especiales, se han aplicado en matasellos conmemorativos para documentar postalmente diversos acontecimientos.
 
     Por último recordamos las maquinas obliteradoras utilizadas en el Correo Central de Buenos Aires, cuyas bandeletas sirvieron más de una vez para promocionar turísticamente Bariloche.
 
 
NOTAS:
 
(1) El topónimo es San Carlos de Bariloche, pero la nombramos aquí con la más simple y familiar de "Bariloche".
      La etimología de Bariloche, que según varios estudiosos es una deformación de "vuriloche", es aún hoy día controvertida entre quienes se han abocado a su estudio.
      También debemos señalar las investigaciones realizadas por Parsons, quién determinó como orígen del vocablo, la expresión indígena "furiluche" :  furi = "del otro lado", lu = "con alegría estando" y che = "gente", que guardaba relación con la abundancia de carne proveniente de animales de sangre caliente que existía en la zona, presas codiciadas para los aborígenes provenientes del actual territorio chileno, cuya obligada dieta principal la constituían los fríos frutos del mar.
 
(2) Rubén Fernández fue un típico pionero patagónico. Nacido en Villanueva (Córdoba) en 1881, llegó a Bariloche en 1902, desempeñándose como jefe entre 1903 y 1905. Luego renunció, para dedicarse al comercio y quedarse para siempre. También sirvió como Juez de Paz en 1907 y  primer Intendente Municipal elegido democráticamente, de 1928 a 1930. Falleció en esta ciudad en 1932.
 
(3) Previamente Melzi fue primer Jefe del Correo de Comodoro Rivadavia, y luego de Caleta Olivia, con fechas 1º de julio y 16 de noviembre de 1901, respectivamente.
 
(4) La correcta ortografía de este topónimo indígena es Llau-Llau, que por propensión castellana de trocar la u por o, sobre todo al final de la palabra, se ha transformado en Llao-Llao. El Llau Llau es un hongo amarillo, que crece parásito sobre los árboles ñires y coihues. También es llamado "el pan del indio", y es comestible.
 
 
 
 
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
 
Archivo General de la Nación. Buenos Aires.
Archivo Histórico de Correo Argentino. Buenos Aires.
Archivo Museo de la Patagonia "Francisco P. Moreno". Bariloche
BIEDMA, Juan Martín. "Toponimia del Parque Nacional Nahuel Huapi". Buenos Aires 1967.
BLASCO IBAÑEZ, Vicente. "Argentina y sus grandezas". Madrid 1910.
Diario "La Nación". Buenos Aires. Colección.
Diario "La Prensa". Buenos Aires. Colección.
MORALES, Emilio. " Bellezas Andinas". Buenos Aires, 1917.
PARSONS, Tabaré Walter. Bariloche. "Comunicaciones Patagónicas" y "Servicio de Correos 1895-1905" en
     "Prensa Bariloche" Nº. 344. Además agradecemos la información proporcionada de su archivo
      personal.
"Revista AFRA" Nº. 18. Buenos Aires, febrero 1948.
Semanario "Prensa Bariloche". Bariloche. Nº 58 del 02.05.85 y  Nº. 344 del 03.05.92.
 
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