Relato testimonial - 6ª Parte

Fueron unos pocos meses de trabajo, no creo que lo hecho hubiera alcanzado buen nivel, pero lo vivido fue, y es hoy para mí, de gran importancia.

El DC3 llegó aleteando a Comodoro Rivadavia, allí el poderoso cuatrimotor (que no era el de María Elena Walsh), batiendo records, 4h10m., me dejó en Ezeiza.

Pasados los años leo los primeros tres tomos de la obra de Osvaldo Bayer: "Los vengadores de la patagonia trágica", en unos pasajes de esa minuciosa investigación histórica se menciona la estancia "Mata Grande" y la denuncia del incendio de las casas principales atribuído a los huelguistas y el posterior descubrimiento de la verdad de los hechos.

El interés por la historia patagónica me atrapó a partir de lo relatado. Casi molesto por haber vivido por allí sin tener idea de las cosas que habían ocurrido, y de la que nadie de aquellos lugares nunca comentara. Agregado el poder utilizar este fantástico medio que no termina de maravillarme, más la suerte por su intermedio de conocer a Martín Romano García, un uruguayo de ley, y nada menos que con parentezco con los Patterson. De él provienen las fotografías y datos. Así como un ingrediente más, tiempo, mucho tiempo, soy lo que llaman un excluído del sistema. Estoy tratando de hacerme un lugarcito, haciendo algo como difusión histórica, o una experiencia de aprendizaje compartida. Tratando de entusiasmar a otros en esta pasión por nuestro enorme, incomparable, bravo, increible... Sur. Si todo marcha como debe ser, está cerca mi primer nieto patagónico. También tengo primos con familia viviendo en Río Grande, Tierra del Fuego, hijos del pionero familiar: Emilio Drault (el tío Emilio del relato "El viaje", archivo "Testimonios"), a quien conciente o inconcientemente seguí los pasos.

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