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Jorge Oriola

Esquel en las décadas del '20 y del '30

La creciente necesidad de quebrar el aislamiento geográfico impuesto por la falta de caminos y comunicaciones desarrollados, va impulsando la creación de una línea férrea que llegase a Esquel. De las distintas posibilidades que derivaban de la aplicación de la Ley 5559 [1], comienza a alumbrar la conexión de Esquel con el ramal ferroviario que uniría San Antonio Oeste con Bariloche. En 1922, por decreto del Poder Ejecutivo Nacional, se inicia construcción del ramal desde Ingeniero Jacobacci, con una longitud de 402 kilómetros, desechando la posibilidad de conectarse con la línea Puerto Madryn-Las Plumas.
La fundación de la Asociación Española de Socorros Mutuos, en 1919, demuestra la radicación de numerosas familias de ese origen y una intensa actividad social.[2] En 1925 se funda la Asociación Siria de Beneficencia, en cuyos libros de actas se registran  aportes solidarios a su colectividad (enfermos, presos, viudas y huérfanos) y se colectan fondos para el Hospital Sirio-Libanés de Buenos Aires.[3]
En 1923 comienza sus tareas el Primer Consejo Municipal de Esquel, cuyas comisiones trabajaron para obtener una sucursal del Banco de la Nación Argentina, abierta en 1925, y la reforma de un anticuado servicio de correo a tracción a sangre procedente de Neuquén, que empleaba un mes en el trayecto. En el año 1927, con mucha regularidad, salvo excepciones impuestas por los rigores invernales, el servicio de correo en automóvil desde Ingeniero Jacobacci, le permitía a Esquel recibir una vez por semana correspondencia y diarios fechados cinco días atrás en la Capital Federal, que algunos vecinos leían con ansiedad, del primero al último y en ese orden, según recuerda Marcelino Sánchez.[4]
La iniciativa privada crea en ese año varias instituciones prósperas: las de Socorros Mutuos, la Copa de Leche, un Tiro Federal oficializado, banda de música, una Comisión Pro - Sala de Primeros Auxilios y la Biblioteca Popular.
A medida que ocupan los predios, numerosos vecinos tramitan los pedidos obteniendo en 1925 la primer oficina dependiente de la Dirección General de Tierras.
La creación de la Sociedad Rural, asociación representativa de los estancieros, en 1925, demuestra la preponderancia de la actividad agroganadera genera; en1926 concreta la Primera Exposición Agrícola e Industrial y en 1927 la segunda Exposición Nacional de Ganadería.
El 1927 se realizan elecciones municipales para renovar el Concejo Municipal de Esquel. Sobre un padrón de 413 inscriptos, sólo sufraga un 46%, 190 votantes.
El crecimiento urbano agiliza el comercio y algunas de pequeñas industrias, muchas de ellas ligadas a la construcción: hornos de ladrillos, una mosaiquería en 1932, promoviendo empleo creciente de mano de obra local y acarreo de leña de las cercanías. Pero la característica de la producción regional es la molienda de trigo. Numerosos molinos se registran en las primeras décadas, no sólo en Esquel y en Trevelin sino en los pueblos del noroeste del Chubut, autoabasteciéndose de harina durante largos años.
La vida de las familias, en esos años, era muy dura; se carecía de casi todo, incluso de los servicios de agua y electricidad.
Héctor Garzonio[5] relata que su padre era artesano, joyero y relojero, oriundo de la provincia de Buenos Aires. Su madre era hija de un exiliado uruguayo, defensor de derechos indígenas, primer director del periódico ESQUEL: Ángel Vicente Moré. Tenían chacras cerca del arroyo Esquel y  Valle Chico. La madre hachaba leña y ordeñaba vacas. No tenían luz eléctrica ni agua corriente. La casa, sencilla tenía bomba para el agua y letrina afuera. Los catangos traían leña entera de maitenes y chacay desde Río Percy a domicilio; las familias la trozaban con hachas y sierras.
También registran su aparición las actividades deportivas; y en 1927 se constituyen la Federación de Fútbol Esquelense y el Club Atlético Argentino.
En 1930 se establece en Esquel la “Sociedad Anónima Importadora y Exportadora de la Patagonia”, ya de larga data en la actividad comercial de la Patagonia. Adquiere frutos del país, levantando sucursales en diversos parajes, cerradas desde hace mucho tiempo, para comprar lanas y cueros y establecerse como casa de ramos generales. Tiene una de las más grandes tropas de carretas propias, rivalizando con la casa Lahusen._
Garzonio recuerda que se compraban artículos exóticos, pedidos por giro postal mediante los catálogos de Harrod’s y Gatt & Chávez; recibían las encomiendas con alegría y expectación. Las casas de ramos generales estaban bien surtidas. También la Cooperativa Mercantil, con sucursal en Esquel, compraba lanas y frutos del país y vendía todo tipo de mercancías. En general, los comerciantes, como su abuelo, adquirían tierras y ganado.
Celestino Beatove[6] recuerda la intensa comercial en ramos generales, incluyendo nafta. Se vendía mucha producción lanera en Esquel, desde Río Pico inclusive. El transporte se hacía con tropas de mulas; catorce, quince carros con hasta seis mulas que transportaban hasta 4000 ó 5000 kg de lana en cada zafra. Había muchos caballos para transporte, herrerías y galpones de alimento para animales.
Las puntas de rieles (Cerro Mesa, Maitén, Lepá), a medida que avanzaban, hacían variar la llegada de las tropas.
Los primeros camiones aparecieron a fines del ’30, por caminos que se trazaron en tiempos de Justo. Eran de tierra y ripio, con huellones y vadeos de arroyos y ríos. Los Hnos. Paredes hacían la línea de pasajeros entre Esquel y Jacobacci.
Cerca del ’32 instalaron en su casa una radio con antena de casi 16 metros y escuchaban el fútbol los domingos.
En 1931 Obras Sanitarias de la Nación habilita servicios de agua potable y energía eléctrica, con una turbina aprovechando un salto de agua.
Los hitos de desarrollo de Esquel, dice, además del tren, fueron la cárcel (1933) y el Primer Juzgado (recuerda a Ramón Castillo, primer juez letrado, hijo del que fue Presidente de la Nación) y la instalación del regimiento (1938), con más de 1000 hombres. El incremento de sueldos estatales generaba mayor comercio de consumo.
Había mayor proporción de población chilena que hoy. Venían catangos con dos yuntas de bueyes desde Futaleufú y Palena a vender y comprar en Esquel.


[1] LEY 5559 DE FOMENTO A LOS TERRITORIOS NACIONALES, conocida como “Ley Ramos Mejía”

[2] ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE SOCORROS MUTUOS-Esquel,

[3] ASOCIACIÓN SIRIO-LIBANESA-Esquel, Libro de Actas Comisión Directiva.

[4] SÁNCHEZ, Marcelino. (2002)

[5] GARZONIO, Héctor (2001)

[6] BEATOVE, Celestino (2001)

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